SEGUNDA DE LA SERIE DE ENTREVISTAS PARA LA REDACCIÓN DE LAS MEMÒRIAS DEL AGUA POTABLE DE BENISSA.
ENTREVISTADO -- José Pellicer Más. "Pellicer el de la luz".
“No hay un solo justo, ni siquiera uno
…” (Romanos 3: 10-11)
En pasillo de la zona de Box de
urgencias del Hospital Marina Salud de Denia quedamos dos camas, y lo estamos
desde primera hora de la mañana.
Las ambulancias van descargando
pacientes con diversas dolencias y atestando más los pasillos. A
los profesinales se les oyen expresiones de sorpresa por el inusual
lunes 4 de enero del nuevo año 2016.
Escucho que solo hay un
electrocardiógrafo. El otro esta en reparación.
Escucho que hay dos paradas (cardiacas),
Durante la espera uno siempre busca
ver algún conocido.
Del Box 11 sale una persona y se apoya
en la pared. Yo con mi vista de catarata en su punto, no distingo bien, pero la
figura me hace dudar:
-
es?,
o no es?.
Veo que me mira y duda también, y se
acerca.
Es Moisés Pellicer.
La pregunta normal es: ¿A quién tienes?. Yo le pregunto directamente:
¿Es por tu padre?.
-
Sí.
Tiene un fuerte dolor en la espalda.
Coincidimos, mi madre con ochenta y
ocho y su padre con noventa, están en el tiempo de los achaques, y
cualquiera de ellos es grave.
Enclaustrado
dos días pendiente de mi madre pienso en como estaría Pellicer. Dejo
un mensaje en el Facebook de Moisés, y su contestación es que
murió aquella misma tarde.
Lo siento.
Busco en mis archivos, encuentro y
redacto la entrevista que le realice el 11 de mayo de 2010.
Jose Pellicer Mas “Pellicer
el de la llum”.
|
Pellicer e Ibañez - La Fustera 11.05.2010 |
Pellicer nació en Xativa (Valencia), y
en el momento de la entrevista tiene 84 años. Vino a Benissa en el año 1953, y
la primera persona que lo recibió fue Vicente Frau Llopis en la estación de
trenet.
Hemos acordado la charla a través de
su hijo Moisés.
Yo he oído su apellido toda mi vida. Conozco
a Pellicer desde siempre, aunque no en profundidad. En Benissa marcó una época.
Fue el responsable del mantenimiento y la continuidad de la iluminación de nuestras casas y calles durante
40 años. Ambos fuimos responsables de los dos principales servicios básicos, la
luz y el agua. Por supuesto, él era un maestro, yo no llegué a tanto. Muchas
veces, los tándem Pepe Pellicer – Pepe Porsellanes y Vicente Frau – Vicente
Ibañez, coincidíamos en las urbanizaciones de la partida Fanadix tomando la
lectura de los contadores de luz y agua.
En las funciones de responsables del servicio
de luz y agua, a ambos se nos tenía como
a “ogros”, cosa que, posiblemente era ficticia, era una manera de marcar unas
distancias, de evitar los consabidos “vistos buenos” y peticiones con agravios
comparativos. Para él esa postura era la mejor, si no “nos hubieran comido por
los pies”.
Vive solo en su chalet de La Fustera.
El chalet construido en 1968 lleva el nombre de su esposa Isabel. Aunque solo,
esta bien controlado y comunicado con Moisés. Me cuenta las vicisitudes en la
construcción del mismo y que la electricidad la instaló Pepe Palacios y el agua
Antonio Palero.
Me estaba esperando. Pero no parado
allí, de pie, no. Me dice que todos los días camina una hora por la mañana y
otra por la tarde, lo hace dentro del recinto de la parcela donde está el
chalet. Antes salía por la vecindad, pero actualmente se siente más seguro
haciéndolo así.
Es uno de los chalets más antiguos,
pues cuando lo construyo aún no había agua potable y no se había producido el
boom turístico. Solo había un grupo de casas, la de los vecinos que
habitualmente vivian en la zona: los Quissa, Sogallas, Escortell, Leonor, Mari-Pepa,
Ismael Botella, Jeronimo Mulet, Juan Giner y pocos más.
Nos sentamos en la amplia terraza,
mirando hacia la cala de La Fustera. Le observo, lo veo mayor, pero no viejo.
Sus ademanes son enérgicos y su voz tiene el tono que siempre he conocido.
Durante la charla, que se prolongó durante 4 horas y 17 minutos, me repite
infinidad de veces que su memoria no es buena. Compruebo que espoleándole con
pequeñas intervenciones, o rectificándole algún nombre o dato, tiene la memoria
muy lúcida.
Vino soltero pero pronto se casó con
Isabel, también de Xativa. Tuvo tres hijos, José David que murió muy joven.
Eunice y Moises. Y dos nietas y tres nietos.
Su integración en la religiosa y beata
Benissa, no estuvo exenta de tropezones. Sus convicciones y prácticas
religiosas no eran, según parece, del agrado de algún influyente católico. Hasta
tal punto llegó la intransigencia, que, junto a su esposa, valoró la
posibilidad de irse. Pero su carácter, ese que aun hoy, a su edad, compruebo es
fuerte, no le permitía renunciar, solo poner su
cargo en manos de los que lo habían nombrado.
Cuenta que el presidente del consejo
de administración zanjo el asunto:
- ¿Cumple con su trabajo?.
- Sí.
- Pues entonces dejarlo que trabaje.
Se precia de haber tenido buenas
relaciones con benisseros de todas las tendencias políticas o apolíticas.
Nombra a Bernat Capo, Pepe Tent, Adolfo Torres, Jerónimo Mulet, Salvador Ivars,
Cayetano Martinez, Salvador Rosello, Paco Sala. Al cura párroco Francisco
Martinez Ciudad “Carreta” y al padre franciscano Francisco Agulló. Nunca se
significo políticamente, y como su padre, se dedicó a trabajar. Aplaude al que
lo hace bien, y critica, dentro de su ámbito, al que no le parece lo hace tan
bien.
Me repite mil veces:
-
Pregunta.
Tú, prgunta. Si sé la contestación te la doy.
-
No,
Pepe. Esto no es una entrevista periodística, es una conversación de recuerdos.
Una conversación sin guion.
Cuando llegó a Benissa, recordemos que
fue en el 1953, la diáspora temporal o anual de benisseros era importante. La
Ribera del Júcar o del Ebro eran los lugares más cercanos. La plantación del
arroz y la siega era uno de las actividades de temporada lejos del hogar. Luego
vendría la emigración al sur y centro de Europa. Y a finales de los años 60, la
emigración se volvió inmigración, con la vuelta de los españoles y la venida de
los europeos, muchos para residir aquí.
En Benissa solo había un transformador eléctrico, estaba
ubicado en la era del “Torrater”, donde se ubica actualmente la Residencia de
la Tercera Edad san Joaquín y santa Ana. La compañía de distribución se llamaba
La
Electricista Alcoyana (1894/1960), que fue absorbida por Hidroeléctrica
Española (Hidrola), la cual, en 1992 se fusionó, a través de una OPA, con
Iberduero, adoptando el nombre actual de Iberdola
Benissa era un pueblecito con muchas
carencias y poco trabajo, tal como Teulada y Calpe, que parecía un Belén.
Los residentes en las partidas de
Benimarco y Pedramala reclamaban la electrificación de las mismas. Recuerda que
el alcalde pedáneo de la partida de Benimarco, el tio Carlos del Patró, hizo
uso de la siguiente frase para justificar su demanda:
-
Que
según “dise” el Caudillo, no debe haber ningún hogar en España sin “lus” y
“sinse” teléfono.
Por ello, junto a Francisco Ronda
Ivars acometió la electrificación de la zona de la partida de Benimarco. Siguió
con la partida de Pedramala, y por fin la zona de La Fustera.
Cuando empieza el boom turístico, la electrificación
está muy adelantada, de hecho el transformador del Paradero de La Fustera ya
esta en servicio.
Recalca que fue la luz el primer
servicio básico que llego a esa zona. La prueba de ello es que los chalets se construían con una cisterna, a
la que se le adaptaba un motor para llenar los depósitos ubicados en los
tejados y que daban servicio a la casa.
El ejemplo de esto último, entre otros, eran los chalets de la
urbanización del Club Fustera, el restaurante Paradero La Fustera, y su propia
casa.
El boom turístico hizo ricos a unos
cuantos, a quienes llama “tiburones”. El gran negocio era la compra-venta de
terrenos, incluso terrenos que no eran propiedad del vendedor. Se vendía y construía
sin control. La prueba es que en las zonas más antiguas, los viales son
estrechos y los materiales y servicios de mala calidad.
Por la similitud de nuestros trabajos,
tenemos muchas anécdotas. Durante buen rato, como dos curas, nos contamos los
pecados contra el séptimo mandamiento (no robaras ni codiciaras los bienes
ajenos) de luz y agua, de benisseros ilustres.
Como un calco, coincidimos en la
opinión de algunos personajes, tanto del mundo empresarial, político o privado
y que por nuestro cargo tuvimos que lidiar. Reconocemos que nuestro carácter
fuerte era necesario, pues hacer cumplir la reglamentación, era a veces
entendida como un capricho personal.
Tiene por costumbre tratar a los demás
de usted, y así se dirigía a todo el mundo, incluso a la brigada de 9
trabajadores que tenia a su cargo.
A su jubilación, por los excelentes
servicios prestados la empresa le reconoció la categoría máxima como a los
ingenieros de la empresa, ya que carecía de esa titulación, un premio de jubilación,
un plus de por vida y la compra preferente de la casa de la calle san Juan,
propiedad de la empresa. Se siente orgulloso por esos reconocimientos y piensa
que su familia tiene mucho que ver en ello.
Suena el móvil. Es Moisés. Él o su
nieta le llaman todos los dias a esa
hora. Ha ocurecido, llevamos dos horas de conversación. Aprovecho para ir al
coche por algo que le he traido.
-
Moisés
dice que ha ido a la casita y como llueve se ha vuelto a casa.
-
Pepe,
aquí también esta lloviendo.
-
Xe!.
Vicente. Estamos tan distraídos con la conversación que ni me había dado
cuenta.
Reconozco que le interrumpo a menudo,
y tendre que mejorar ese aspecto de mi forma de relacionarme.
A mi pregunta sobre si Benissa, los
benisseros son agradecidos, reconocen los esfuerzos, trabajos y desvelos de
algunos de sus habitantes para con la comunidad, queda por un momento
pensativo:
-
Los
beisseros son sociables. Benissa es culta, limpia y educada. Cuando vine no
había agua ni saneamiento, y así y todo se
la veía limpia.
Suena el teléfono.
-
Estoy
aquí con un amigo, guapa. Luego te llamo.
Es su nieta. Esta arreglando la
maleta, se va de excursión de fin de curso a Tarragona. El sábado anterior ha
cumplido 15 años.
-
Es
un lebrel. Saca unas notas de categoría. Me llama “iaie”.
Le he traído un recorte de periódico
donde aparece en una fotografía junto a Juan Antonio Ivars Bertomeu “Juan de
Porsellanes”, en el pozo del Cami Sanet y una fotografía dentro del depósito de
agua del Collao, junto a otros, el día de la llegada de agua al mismo.
Puso a disposición de los
representantes municipales su ayuda y sus conocimientos en el proceso de
traídas de aguas.
Recuerda también los costos y los
desvelos que tuvo la traída de aguas. La implicación de los jóvenes concejales.
De Salvador Ivars, Domingo Iborra y tantos otros.
Considera que el Servicio Municipal de
Aguas Potables de Benissa es un ejemplo de gestión y que está a la altura de
cualquier empresa privada con pretensiones.
A Pellicer le conocía todo el mundo.
Para diferenciarlo de otra familia Pellicer, se le aplicaba el apelativo de “el
de la luz”.
No queda nada de aquellos primeros
años de aislamiento, se fueron diluyendo y sus relaciones mejoraron. Su
integración en la sociedad benissera fue total. Así como la de sus hijos.
Recuerdo a José David, que durante los
dos años que estudie en el Colegio Lope de Vega de Benidorm, nos juntábamos en
el autobús que dicho colegio tenia para trasladar al numeroso grupo de jóvenes
de Jalon, Lliber, Senija y Benissa, hasta Benidorm,
Me viene otra vez al recuerdo Vicente
Frau y yo cruzándonos con Pepe Porsellanes y Pellicer, tomando lecturas de
nuestros respectivos contadores. Y alguna vez subido a una torre eléctrica con
la pértiga.
Hoy, los contadores se leen desde la
central por el mismo cable que conduce la electricidad, o a distancia, vía
radio, los del agua potable. En las torres hay automatismos de reenganche de
luz. Las válvulas del agua potable abren y cierran según voluntad, desde la
distancia e incluso desde un teléfono móvil.
Pero la base, los cimientos donde se
apoyan los pilares de estos servicios básicos, tienen nombre y apellidos.
Desvelos y disgustos. Discusiones e incomprensiones. Pero también
satisfacciones, sobre todo la propia, la de saber que cumplió con su deber y
nadie le puede reprochar nada.
Benissa – La Fustera
11.05.2010